lunes, 24 de marzo de 2008

El origen evolutivo de las larvas

¿Quién no ha sentido alguna vez curiosidad o fascinación ante la metamorfosis de una oruga en mariposa? La torpe oruga se transforma en una grácil mariposa con la cual, en apariencia, no tiene nada en común. A continuación veremos las explicaciones evolutivas que se dan sobre el surgimiento de las larvas. No sólo de las orugas sino de todas las larvas de los animales.
Antes de entrar en profundidad, cabe reseñar que la versión más clásica de la Teoría de la Evolución -o "gradualismo"- considera que ésta transcurre de forma paulatina mediante continuos cambios (mutaciones principalmente) y adaptaciones. En contraposición, existe una versión más moderna denominada teoría del “equilibrio puntuado” (Niles Eldredge y Stephen Jay Gould, 1972), la cual defiende que la evolución discurre en ráfagas de actividad y períodos de quietud. Por consiguiente, según la teoría evolutiva más clásica las especies se constituirían como tales a lo largo de mucho tiempo, mientras que según el “equilibrio puntuado” aparecerían de repente. Ambas formas de explicar los cambios en los seres vivos no son antagónicas sino que se complementan entre sí.
Cada una de las dos posibilidades evolutivas mencionadas lleva aparejada una hipótesis sobre la aparición de las larvas:
1. La teoría del “linaje común” o de la “filiación directa” se corresponde con el "gradualismo". El adulto y la forma larvaria comenzaron como un solo individuo. Con el paso del tiempo, la forma juvenil se apartaría cada vez más de la morfología del adulto. Las semejanzas entre larvas de distintos animales se deberían a una evolución convergente. Es decir, aquella por la que diversos organismos alcanzan soluciones morfo- y fisiológicamente similares ante problemas comunes.
2. La teoría de la “transferencia larvaria” se corresponde con la teoría del “equilibrio puntuado”. En su origen, larva y adulto serían animales distintos: cada uno se desarrollaba a partir de su propio huevo. En algún momento del pasado evolutivo, ambos animales se cruzaron y generaron descendencia. La mayoría de los híbridos no sobrevivió o fue estéril pues la expresión de genomas (traducción de genes a proteínas) tan diferentes entrañaba serias dificultades. Los pocos híbridos fértiles que salieron adelante resolvieron el problema mediante una expresión secuencial, no simultánea, de los genomas combinados. Es decir, primero se expresaban los genes de la larva y después los del adulto. Los nuevos híbridos siguieron reproduciéndose y generando formas especializadas y cada vez mejor adaptadas.

La teoría de la “transferencia larvaria” supone una óptica más moderna para el análisis del problema del origen de las larvas. Su asunción no implicaría descartar la teoría del “linaje común”, sino que es posible que ambas aporten soluciones distintas -pero válidas- a dicho problema. Serán necesarios nuevos avances científicos para descartar o aceptar por completo cualquiera de las dos hipótesis.
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Para una información más exhaustiva consultar la revista Investigación y Ciencia, ejemplar de Marzo de 2008.

1 comentario:

chrisropher dijo...

Wao..... este animal
era extraordinario
tenia una gran
mandíbula y mataba
A sus presas de
Una sola mordida